"Es que el perro me comió la tarea"
Vuelta a las ilustraciones hechas en paint. Tanto tiempo sin hacerlas. Y es un perrito super-más-lindo-y-todo-tiernuchento. Es un truco publicitario para que lean mis quejas más abajo.
Pero el título no es un truco publicitario. Es lo que creo la raíz de muchos de los problemas que vemos hoy en día. Un problema de actitud. Mucha gente no quiere responsabilizarse de sus actos, ni hacerse responsable de solucionar sus problemas.
Vemos a toda esta gente que se va a paro y protesta buscando mejoras en la educación, salud, salarios. Necesidades básicas que necesitan ser satisfechas, y es justo que lo sean.
Pero una gran parte de las veces sólo se quedan en eso. En el "protesto porque no me gusta". No digo que sea malo protestar cuando uno no está de acuerdo con algo, pero creo que sí lo es quejarse y esperar a que "otro" solucione el problema. Otro, llámese gobierno, jefes, organización, etc. En muchas ocasiones no queda más que esperar, pero siempre se puede hacer algo por cuenta propia, por poco que sea.
Tal vez habría que elaborar una guía de "Como mejorar una situación desagradable"
Intentémoslo.
Me parece que los pasos lógicos a seguir son:
1.- Informarse. Uno no puede andar reclamando si no sabe a cabalidad por qué está haciéndolo. En parte porque es lo correcto, en parte porque podría pasar que uno lograra obtener lo que pide, y se diera cuenta después que en realidad no lo quería.
2.- Pensar al respecto. Darle hartas vueltas. Pensar qué soluciones son mejores que las que existen, sopesar las ventajas y desventajas de cada método (porque rara vez no tienen una u otra) en todo aspecto posible. Pensar si vale la pena cambiar las cosas o no. Para esto, muchas veces es necesario volver al paso 1.
3.- Proponer estas soluciones a la persona/orgamismo correspondiente. No necesariamente es una guerra, la colaboración es posible. Si no funciona, pasar al paso 4. Si funciona, posiblemente no haga falta hacer más.
4.- Intentar asociarse con otras personas que crean lo mismo que uno, o convencer a otros. Hablar sobre el tema con gente que no está de acuerdo con uno, e intentar buscar argumentos sólidos para soportar la causa. Buscar soluciones que uno pueda llevar a cabo, quizás no para cambiar la situación radicalmente, pero al menos para mejorarla.
5.- Quejarse. Protestar y dar a conocer las razones por las que uno se queja, las soluciones que uno propone. Si no se logra nada con esto, pasar al paso 6.
6.- Ponerse manos a la obra, pero sin dejar de reclamar. Hacer lo que esté al alcance de uno para mejorar el problema (véase paso 4), y mostrarle al resto por qué vale la pena esforzarse por esta causa. Puede ocurrir que uno se de cuenta que estaba equivocado, y que la otra solución era mucho mejor.
El problema que veo en muchas de estas protestas es que no llegan ni al paso 1. Es especialmente notable entre los que se quejan por educación, no saben por qué se están quejando. Han comprado un bonito y sonoro slogan politicoide, y "aprovechan" de faltar a clases. Entre comillas, porque no sacan mucho provecho de ello si no entienden el problema ni proponen posibles soluciones.
Me agobia esta actitud. La encuentro mediocre. En el caso particular de la educación, creo importante considerar que un buen establecimiento educacional no lo hacen buenos profesores y disponibilidad de recursos. También es necesario contar con buenos alumnos. Esos no se hacen de la nada, no los entrega el gobierno. Los buenos alumnos son fruto del esfuerzo de sus padres, de sus educadores, de la sociedad completa.
A veces algunos padres piensan que la educación es asunto exclusivo de los colegios. Creen que ellos no pueden ayudar a sus hijos a estudiar, porque no tienen los conocimientos necesarios. Algunos dicen que "para algo están pagando".
A veces los colegios (y profesores) también se creen este cuento. Otras veces, que ellos sólo deben entregar la información, que los valores se enseñan en la casa. Que deben usar las herramientas que les han entregado, y no inventar ni investigar sobre nuevas posibilidades. Que no deben hacer más que el mínimo.
Muchos alumnos (a nivel universitario también, lamentablemente) creen que basta con saber las respuestas a lo que les van a preguntar, y eso cuando aspiran a un poco más. También que ya le dedican "demasiado" tiempo al estudio.
Están todos de acuerdo con que la educación en Chile es pobre. Pero ninguno pone de su parte. Nadie quiere perder las comodidades que tienen en este momento, pero una mejora implica necesariamente una inversión en esfuerzo, en tiempo, y por qué no decirlo, en dinero. ¿Y quién paga? Paga Moya. O el gobierno. A fin de cuentas, es "otro" el que debe esforzarse, nosotros ya estamos suficientemente fastidiados con lo que tenemos que hacer, con nuestras ocupadas vidas.
Pero si me quejo por unos pocos, debo también reconocer el enorme esfuerzo que hacen muchos papás, muchos abuelos, muchos tíos, vecinos y muchas personas de buena voluntad en educar a los niños en lo que pueden. Enseñándoles lo que saben, apoyándolos, dándoles cariño.Tampoco son menores los sacrificios que hacen algunos profesores por cumplir con su deber... ¿cómo ignorar las horas que pasan preparando sus clases, el material que usarán, corrigiendo sus pruebas, viajando... de los miserables sueldos que aún reciben algunos de ellos? ¿Cómo dejar de lado aquellos que se desloman para lograr que un grupo de analfabestias aprendan su materia, que les llega a salir humito pensando , leyendo y aprendiendo sobre nuevas estrategias de enseñanza? Los colegios que a veces tienen que hacer malabares para que a los niños no les falte nada. De los alumnos que buscan aprender más, que se interesan en el conocimiento. De esos a los que les cuesta un montón y se esfuerzan hasta extremos a veces muy poco saludables. Esos niños y jóvenes que ahorran dinero, que caminan grandes distancias, que lloran lágrimas de sangre para lograr aprender, para obtener algo... para ir más allá.
Son enormes esfuerzos que no se pueden dejar de admirar y alabar, pero que se hacen insuficientes porque no todos se esfuerzan al máximo. Por eso me siento un poco frustrada con lo de las clases particulares. La mayoría de esos niños o jóvenes sólo necesitarían hábitos de estudio, aprender a concentrarse o alguien que los acompañe. Ni siquiera que les enseñe cosas extras, basta con simplemente estar ahí. Y en esos casos, siento que difícilmente una profesora particular puede ayudar lo que podría una madre o un padre, hermanos o primos mayores, un tío o una tía.
Que tiempos tan fríos y desencantados.
Que falta tan enorme de cariño en todas partes. Amor por la gente, amor por el conocimiento, amor por el trabajo.
Yo no soy profesora. Quizás algún día lo sea. Ya (casi) no soy alumna. No tengo hijos. Podría decidir que esto no es mi problema. Quizás por eso hablo de todo este tema.
Pero prefiero pensar que también es mi problema, que puedo ayudar. A veces, puede ser simplemente conversando con los papás o con estudiantes, hablar sobre experiencias, sobre las cosas que te ayudan a aprender, sobre por qué un determinado tema es interesante.
O con una sonrisa. Las sonrisas pueden generar cambios insospechados en las personas.
Otro ejemplo: La contaminación.
A nadie le gusta, todos se quejan de lo sucias que están las calles, de que el aire se vuelve irrespirable por instantes. Pero hay mucha gente que bota papeles al suelo, botellas, colillas de cigarro. Habiendo basureros cerca, de pura flojera.
Y el resto, se queda callado frente a esas actitudes. Dicen para sus adentros "que asco", o "que maleducado" pero no dicen ni hacen nada. Muchas veces ando en plan de batalla, recojo las cosas y le pido a la persona que la botó que la lleve a un basurero. O le digo si quiere que la bote por ella. Normalmente hace que se sientan al menos un poco avergonzados.
Por eso, creo que es un problema de actitud. De quedarse con "el perro me comió la tarea" y llorar la desgracia que el malvado profesor no entiende lo inevitable que era que el perro famoso tomara la tarea, se la comiera y uno... ya nada podía hacer. Y aunque el perro sea responsable, no sacas mucho con ponerlo a hacer la tarea.
Además ¿Cómo enojarse con el perro? Imagínenlo con sus ojitos brillantes y moviendo la cola.
Claro que yo también uso ese tipo de excusas. Para todo tipo de cosas. No por eso la encuentro buena, ni creo que sea una actitud que lleve a mejorar nada.
Por eso no tengo perro.
El temor a ser considerados "distintos", "mala onda" o "mañosos" muchas veces nos hace dudar de lo que vamos a hacer. Ir contra la corriente cansa, pero al menos logras un buen ejercicio xD
Y es que a veces la flojera nos gana la partida... dejémonos estar de cuando en cuando, pero... nunca dejemos de pensar.
Tan quejica que ando. Meh, debe ser que por fin logré entregar mi trabajo. Tengo mucho sueño, una salida a terreno en pocos días y ganas de comer chocolate.
Tengo una presentación por hacer, y detesto el powerpoint.
En fin.
Habrá que salir adelante y juntar ánimos para hacer todas las cosas que tengo pendientes.