Mala memoria
Mucho tiempo sin escribir... lo que no quiere decir que no hayan pasado muchas cosas en todo este tiempo. Por el contrario, supongo que fue una gran avalancha de novedades que requería algo de tiempo para ser procesada.
Escribo desde mi nuevo centro de operaciones, que tiene temperaturas menos extremas que el anterior, pero que ha hecho que estemos algo separados físicamente como familia. Ya no hay un lugar donde nos reunamos todos por mera casualidad.
Hoy en día todos tenemos actividades distintas, horarios distintos. Son tres días a la semana en que no hay nadie que se despida de mí cuando salgo por la mañana. Es demasiado temprano, y a estas alturas del año, también hace demasiado frío.
Estoy trabajando, más feliz de lo que imaginé que llegaría a estar. Me siento cómoda, cosa que para mí no siempre es fácil de lograr.
Y nuevamente terminé yéndome por las ramas. Volviendo al tema del que quería escribir... tengo mala memoria. Haciendo recuentos de lo que fue este semestre y lo que han sido los años anteriores, probablemente no recordaría con claridad muchas cosas si no existieran formas de registro, como este blog, o como dibujos, frases al azar dejados en distintos cuadernos, libretas, etc. Me cuesta recordar algunas cosas, especialmente cosas que ya no son, que han cambiado por alguna razón. Tengo aún peor memoria para cosas desagradables. Tiendo a olvidar, y a perdonar, con gran facilidad. A veces me pregunto si será efectivamente tan bueno que sea así. Me temo que en términos de aprender y no cometer los mismos errores no soy tan eficiente como quizás podría ser.
Siento que he tenido una vida privilegiada... he vivido más de 20 años en un ambiente protegido, sintiendo el amor y cuidado de numerosas personas. Aún hoy creo que eso me ha hecho una persona bastante ingenua, quizás demasiado. Sin embargo, en parte también he elegido ver las cosas de una manera ingenua. No creo que pudiera soportar muchas cosas de otra forma, incluso considerando mi incapacidad de recordar algunas cosas.
A veces siento tristeza por no poder recordar algunas cosas. Creo que quizás no tenía suficiente cariño por las cosas que perdí, por la gente de la que me alejé. Me pregunto ¿Será una ingratitud de mi parte? Posiblemente sí. Es que además, tengo rasgos paranoides.
Me gustaría verme desde afuera. No sé si me juzgaría de la misma manera que otros me juzgan. Sé que no lo hago. Sé que a veces siento que me creen más frágil e ingenua. Sé que a veces me creen más capaz de lo que yo creo ser. Me pregunto quién tendrá la razón.
Se supone que uno es quien mejor se conoce, sin embargo, en este tiempo me he dado cuenta de que no es tan así. Me falta mucho para conocerme bien. A veces me llego a sorprender haciendo o pensando cosas que no habría creído que haría o pensaría.
Quisiera ser más inteligente, tener mucha más experiencia, más conocimientos... y sobre todo, sabiduría (omito el más, porque no creo tener mucha). Me gustaría poder ser coherente con algunas cosas... o al menos, no sentir ese bichito de "hay algo raro aquí" al mirarme.
Siento que cada vez pierdo más y más capacidades intelectuales, y que mi estupidez aumenta de forma exponencial. Y me molesta, pero no sé qué puedo hacer para limitar todo esto. A veces siento que hay cosas inevitables y que eso es parte de la inevitabilidad de la vida. Pero no me gusta.
Algo que no he perdido, al menos, es mi nula capacidad de síntesis, y mi déficit atencional. Pero eso no es bueno...
En fin. Suena a mucha queja, pero en realidad es un ejercicio de catarsis. Hay muchas cosas que quiero lograr, y estoy en pleno proceso de hacerlo, sin embargo primero necesito aislar bien las variables para poder trabajar con esos factores y lograr mi objetivo con éxito.
Saludos, prometo escribir más a menudo... aunque no tengo grandes intenciones de hacerlo. Mal que mal hay poca gente que siga dedicada a los blogs personales entre mis conocidos.
Escribo desde mi nuevo centro de operaciones, que tiene temperaturas menos extremas que el anterior, pero que ha hecho que estemos algo separados físicamente como familia. Ya no hay un lugar donde nos reunamos todos por mera casualidad.
Hoy en día todos tenemos actividades distintas, horarios distintos. Son tres días a la semana en que no hay nadie que se despida de mí cuando salgo por la mañana. Es demasiado temprano, y a estas alturas del año, también hace demasiado frío.
Estoy trabajando, más feliz de lo que imaginé que llegaría a estar. Me siento cómoda, cosa que para mí no siempre es fácil de lograr.
Y nuevamente terminé yéndome por las ramas. Volviendo al tema del que quería escribir... tengo mala memoria. Haciendo recuentos de lo que fue este semestre y lo que han sido los años anteriores, probablemente no recordaría con claridad muchas cosas si no existieran formas de registro, como este blog, o como dibujos, frases al azar dejados en distintos cuadernos, libretas, etc. Me cuesta recordar algunas cosas, especialmente cosas que ya no son, que han cambiado por alguna razón. Tengo aún peor memoria para cosas desagradables. Tiendo a olvidar, y a perdonar, con gran facilidad. A veces me pregunto si será efectivamente tan bueno que sea así. Me temo que en términos de aprender y no cometer los mismos errores no soy tan eficiente como quizás podría ser.
Siento que he tenido una vida privilegiada... he vivido más de 20 años en un ambiente protegido, sintiendo el amor y cuidado de numerosas personas. Aún hoy creo que eso me ha hecho una persona bastante ingenua, quizás demasiado. Sin embargo, en parte también he elegido ver las cosas de una manera ingenua. No creo que pudiera soportar muchas cosas de otra forma, incluso considerando mi incapacidad de recordar algunas cosas.
A veces siento tristeza por no poder recordar algunas cosas. Creo que quizás no tenía suficiente cariño por las cosas que perdí, por la gente de la que me alejé. Me pregunto ¿Será una ingratitud de mi parte? Posiblemente sí. Es que además, tengo rasgos paranoides.
Me gustaría verme desde afuera. No sé si me juzgaría de la misma manera que otros me juzgan. Sé que no lo hago. Sé que a veces siento que me creen más frágil e ingenua. Sé que a veces me creen más capaz de lo que yo creo ser. Me pregunto quién tendrá la razón.
Se supone que uno es quien mejor se conoce, sin embargo, en este tiempo me he dado cuenta de que no es tan así. Me falta mucho para conocerme bien. A veces me llego a sorprender haciendo o pensando cosas que no habría creído que haría o pensaría.
Quisiera ser más inteligente, tener mucha más experiencia, más conocimientos... y sobre todo, sabiduría (omito el más, porque no creo tener mucha). Me gustaría poder ser coherente con algunas cosas... o al menos, no sentir ese bichito de "hay algo raro aquí" al mirarme.
Siento que cada vez pierdo más y más capacidades intelectuales, y que mi estupidez aumenta de forma exponencial. Y me molesta, pero no sé qué puedo hacer para limitar todo esto. A veces siento que hay cosas inevitables y que eso es parte de la inevitabilidad de la vida. Pero no me gusta.
Algo que no he perdido, al menos, es mi nula capacidad de síntesis, y mi déficit atencional. Pero eso no es bueno...
En fin. Suena a mucha queja, pero en realidad es un ejercicio de catarsis. Hay muchas cosas que quiero lograr, y estoy en pleno proceso de hacerlo, sin embargo primero necesito aislar bien las variables para poder trabajar con esos factores y lograr mi objetivo con éxito.
Saludos, prometo escribir más a menudo... aunque no tengo grandes intenciones de hacerlo. Mal que mal hay poca gente que siga dedicada a los blogs personales entre mis conocidos.