miércoles, octubre 15, 2008

Gente peligrosa (¡y más!)


Bienvenidos a mi tema de hoy, les presento uno de los protagonistas de lo que hablaremos hoy: la gente peligrosa. Este que ven aquí es un personaje peligroso que debe manejarse con mucho cuidado.

Supongo que todos hemos conocido alguna vez a personas que catalogamos como "peligrosas", una especie de terroristas de la vida que llegan sin previo aviso y habitualmente son muy difíciles de alejar. No sé si será culpa de mi paranoia galopante o será que efectivamente mucha de esa gente tiende a acercarse a mí... tampoco puedo descartar de plano que me atraiga el peligro y que más o menos conscientemente termine acercándome a ese tipo de personas, o que yo sea uno de ellos.

En fin, el tema es que estos personajes rondan por el mundo. No sé si puedo hacer una descripción demasiado detallada, porque hay muchas formas de serlo. O al menos, eso es lo que he visto por ahí. Pero en términos generales, se trata de gente poco estable mental o emocionalmente, con muy poco autocontrol, egoístas y con poca empatía... en resumen, seres bastante infantiles. No puedo decir que esté demasiado alejada de eso, aunque no suelo perder 100% el control en ningún sentido, pero bueno, los que me conocen saben que no soy precisamente dulce, tolerante o paciente.

Volviendo al tema, empecé a escribir esto porque me di cuenta que suelo mantener a varias de estas personas dentro de mi círculo de conocidos y amistades, aunque en teoría eso no sea precisamente buena idea. No sé por qué será, ya nombré las teorías que tengo al respecto más arriba, pero ninguna me satisface del todo. La mayor parte de esa gente simplemente "cae" en mi vida, no me acerco yo de buenas a primeras, ni me llaman mayormente la atención. Esta gente puede ser un amor, puede ser infinitamente dulce (incluso melosa), amable y simpática... ¿y dónde está el peligro? el peligro aparece una vez que uno se acerca demasiado y ellos empiezan a confiar en uno, en la fuerza emocional, mental... incluso física que uno tenga, y tienden a desarrollar una cierta dependencia de uno, o de la relación que mantienen con uno. Hago la distinción porque muchas veces se pone el énfasis en la relación o en el rol que ha tomado la otra persona por sobre la persona misma. Me parece pésimo, pero son cosas que pasan...
El problema no es tanto la dependencia como el daño que hacen para lograr sus caprichos (y siempre, siempre, SIEMPRE logran meterte de un modo u otro en esas empresas). Son personas muy poco consideradas y que en general no son capaces de autoregular el daño que le causan al resto. Y gah. Lo que más me molesta no es tanto que se relacionen con mi persona, porque dentro de todo... puedo huir rápidamente si es necesario. A veces sí, llego a agotarme con sus insistencias, con el constante "¡¡¡¡péscamepescamepescame!!!!" y peticiones de ayuda que, en el fondo 1.- No necesitan, porque deberían ser capaces de solucionar sus problemas solos, 2.- Yo no soy capaz de solucionar (o más a menudo, no me corresponde a mí hacerlo) y 3.- No merecen ayuda, porque el 80% de las veces son problemas que ellos mismos crearon (y de esas, más del 60% son cosas sin mayor importancia). Lo que realmente detesto es cuando veo a esa gente ahogando a mis seres queridos (como el tema anterior, es más o menos lo mismo)... cuando ambos son amigos míos, me resulta especialmente antipático, porque en el fondo es una situación totalmente ajena ¡en la que terminas metido! y que no puedes resolver fácilmente.

A veces me gustaría poder apelar a la conciencia de estos personajes, pero lamentablemente no parecen tenerla. Caen una, otra, y otra vez con la misma piedra. Cometen siempre los mismos terribles errores... y lo peor es que no se dan cuenta del error (ni siquiera si uno se los dice), simplemente se quejan. Total, siempre es culpa del resto.
El resultado neto es que no sé como lidiar con ellos, me doy cuenta que son terriblemente perjudiciales, y en el minuto en que siento que la situación me supera, arranco a perderme. Me gustaría poder hacer algo más, pero siento que a menos que ellos se den cuenta de que su actitud es perjudicial para la gente a la que más quieren, poco se puede hacer. Ya lo he dicho varias veces, pero creo que uno a lo más puede dar su opinión y como amigo advertir (a la víctima y al monstruito), pero más que eso... es difícil. El cambio tiene que ser de fondo...

Gah.
Tanto escribir sobre ese tema me puso de malas.
Lo otro que me tiene algo ocupada estos últimos días es el tema de las elecciones. Revisé las propuestas, artículos, etc, etc, etc de los tres candidatos a alcalde para mi comuna. Decidí que ninguno me convence, que no quiero a ninguno de ellos como alcalde. Tanto que se preocupan de poner una linda sonrisa en las fotos con las que después tapizan las calles... y cero preocupación por pensar, por tener un discurso coherente... o por fijarse bien en qué cosas se necesitan en esta comuna, qué propuestas de las que hacen son viables, qué propuestas son verdaderamente urgentes y cuáles son innecesarias o accesorias. Me da lata, porque me queda la impresión de que a fin de cuentas, la gente vota por una foto. Por el candidato que más le suena de los del (o los) partidos que son más afines con su pensamiento.
Sobre los candidatos a concejal, tengo a varios ya descartados. Me quedan aún unos cuantos por revisar. Hay algunos con propuestas más interesantes, pero de todas maneras me molesta el tema de los partidos... la gente pasa a ser una mera herramienta de los partidos, aunque difícilmente deberían estar 100% de acuerdo con todo lo que dice y hace "oficialmente" (entre comillas, porque la realidad a veces dista de la teoría, especialmente en la política) ese partido, a menos, claro, que fueran con cerebros vacíos a ser llenados con lo que mejor le parezca al dirigente de turno (o posiblemente al encargado de marketing).
Me carga la política. No me agradan especialmente los políticos. Pero creo que es preferible intentar entender un poco que dejarse arrastrar por los slogans prefabricados y las fotos con sonrisa pepsodent.

Vuelvo a mi estudio, a mis monos chinos y a mi jardincito... al que aún le falta mucho trabajo para ser algo decente. Y a los vikingos. Nunca están de más.
¡Saludos!