viernes, abril 11, 2014

Niña ingrata

Niña ingrata, que siempre esperas recibir ¿sabes acaso cuantas lágrimas derramé por ti? Tus ojos nunca vieron mi corazón encogido por tus penas, por ese odio que traes contigo, y que aún no logras dejar atrás.
Niña ingrata, te he dado tanto y aún me pides más. Quieres de mí tiempo, dulzura, comprensión y calma. Quieres de mí hasta lo que no es mío para dar. Quieres de mí hasta mi propio nombre.

Niña, mira, ve a quien tienes frente a ti. No sigas viendo esa imagen vacía, esa sonrisa sin brillo en los ojos, ese abrazo que busca contener tu cuerpo para que no te desbordes. Ve a quien tienes delante. Una persona. Su dolor. Sus ilusiones. Sus carencias. Su amor. Un alma.

Mis ojos se han secado para ti. Sé que me olvidarás fácilmente. Que seré sólo una sombra en tu pasado. Que quizás, me recordarás algún día… una imagen difusa, oscura como un sueño. Sé que te olvidaré. Más lento, porque mis años pesan más. ¿Seguirás, en ese momento, siendo una niña?

Niña ingrata, llorarás por otros. Tu corazón también se encogerá ante el pesar, ante la injusticia, ante el odio. Tus ojos derramarán incontables lágrimas. Y quizás, algún día, llorarás por mí. No recordarás, en ese momento, mi nombre. Mi cara no estará en tus recuerdos. Pero sentirás el dolor que sentí por ti. Sentirás la pena y ¿serás acaso capaz de seguir viviendo? Querrás llorar hasta que las lágrimas llenen ese vacío que tienes en el pecho, pero escurrirán, presurosas, por cada rincón de tu cuerpo. Por cada músculo. Por cada hueso.

Niña ingrata ¿aprenderás lo que quise enseñarte? ¿Conocerás el dolor y la sublime alegría? ¿Podrás convertir tu tristeza en sonrisa? ¿Dejarás, algún día, de ser una niña?

Niña, mi niña ingrata, te espera un largo camino. Crecerás, aprenderás, llorarás, olvidarás. Quién sabe si conocerás a otros. Si verás, por fin, el brillo de su alma. Si algún día llegará a tu vida aquel que con su ceguera haga sentir a tu corazón el profundo vacío que siente el mío.

lunes, julio 16, 2012

Paranoia

Hace muchos años ya me reconocí por primera vez como una persona paranoica. Y, francamente, mi opinión no ha cambiado mucho. Sé que poca gente leerá esto, no es para menos, considerando el tiempo que llevo sin escribir absolutamente nada... pero bueno, nunca pretendí escribir para otros, sino dejar un regsitro para mi persona.
Hace poco discutíamos con una muy buena amiga mía sobre las aventuras y desventuras que hemos tenido como docentes en un país en que no es una ocupación demasiado valorada... y fue a raíz eso, además de algunas otras cosas que he leído, conversado y escuchado que decidí volver a escribir, principalmente para hacer una especie de monólogo y relacionar lo mejor que pueda todas mis ideas al respecto.
En estos días (al igual que desde hace... al menos 10 años) se viene conversando sobre la mala calidad de la educación en el país: de los malos resultados que los alumnos obtienen en las pruebas internacionales, en lo mal preparados que están para enfrentar la educación superior, en la desigualdad de los resultados obtenidos por los alumnos pertenecientes a estratos sociales diferentes, en lo caras que resultan las carreras unviersitarias, en fin... en una gran cantidad de evidencia, de datos.
Por supuesto, también se han buscado culpables, en una especie de cacería de brujas que no ha mostrado misericordia alguna. Los miembros de los partidos políticos se culpan mutuamente, dando argumentos sobre lo "histórico" del caso, los periodistas median la opinión pública, haciendo responsables a los profesores, los que a su vez se escudan reclamando en contra de los directivos, apoderados e incluso los propios alumnos. Los mismos alumnos alegan que "el colegio no me da las herramientas necesarias"... y ante todo esto, yo, como docente, mantengo mi postura de que el colegio, tal como lo consideramos hoy, es perfectamente inútil (con el consecuente desmayo y estupor de mis colegas).
Los culpables, creo yo, somos todos. Como sociedad, hemos permitido que se genere un ambiente que no permite que los niños y adolescentes se desarrollen para ser seres humanos funcionales y, sobre todo, felices.
No culpemos a otros, porque además de cobarde y ridículo, no logramos nada ¡este país lleva años de culpabilidad a cuestas! ¿y qué hemos logrado? odio, postergación, incapacidad para trabajar en equipo y discusiones bizantinas sobre lo que hiciste y dejaste de hacer. Tenemos claro que el asunto no funciona, el problema es que nos estamos quedando en medios, y no logramos ver la meta. Las famosas pruebas internacionales, la entrada a la unviersidad, etc, etc, etc... no son más que medios que deberían permitir a nuestros niños tener una vida plena. ¿Qué importancia puede tener un número frente a la felicidad de un ser humano? ¿qué ley dicta que una persona puede o no ser feliz en función de mediciones de factores que arbitrariamente hemos decidido que son válidos y necesarios?
La meta debería ser que nuestros niños, nuestros adolescentes, salieran del sistema escolar pudiendo valerse por sí mismos, como personas que viven en una sociedad. Deberían ser capaces de tomar decisiones informadas y responsables, de hacerse cargo de sus propias vidas... y en cambio ¿qué tenemos? muchachos que están tan perdidos como los adultos respecto a qué es la vida y qué buscamos de ella. Porque no nos engañemos, hay tantísimas cosas en nuestra sociedad que muestran nuestros valores escondidos: por ejemplo, valoramos menos el trabajo de quienes cuidan a nuestros niños (las empleadas domésticas, profesores, parvularios y personal paradocente) que el de los que nos entretienen (actores, famosillos de diversa calaña)... y lo vemos reflejado en los sueldos, aunque nuestras bocas proclamen algo diferente. Damos valor a la gente en función de lo que hace, por sobre lo que es. De hecho, nuestro propio lenguaje nos delata... al presentarnos, nos definimos como lo que hacemos ¿y es eso todo lo que somos? ¿Dónde quedaron SIGLOS de antropología y filosofía?

¿En qué momento fue que decidimos que había que vivir para cumplir con una serie de cosas antes de volvernos tan viejos que no podríamos más que babear? ¿Cuándo empezamos a confundir los medios con nuestros fines? ¿Cuándo dejamos de aprender de los demás y nos volvimos unos idiotas soberbios? ¿Quién decidió qué valores nos guiarían?
Mi madre, una de las mujeres más sabias que conozco, achaca estos problemas a la ignorancia. En mi caso, no sé si sea sólo ignorancia o una mezcla entre ella y la mezquindad, mezclada con soberbia y con una enorme incapacidad para hacer una autoevaluación. Un ejemplo, quizás algo tonto, es que una de las que consideramos de las mejores escuelas de profesores en este país entrega a los docentes en formación el discurso de "La educación es de mala calidad ya que los profesores tienen conocimientos atrasados y son malos profesionales". Ante lo cual, la verdad es que me asombra la patudez de estas personas. Gran parte de los profesores en el sistema han pasado directa o indirectamente por sus manos, entonces no me queda más que pensar son ellos mismos los que forman profesionales defiicentes. Es verdad que hay profesores que no son buenos, pero la gran mayoría cumple con su trabajo, y es más, cumple con lo que se espera de ellos: que hagan de su vida una especie de apostolado, y que este trabajo los defina. Cosa que me parece injusta, por decir lo menos... en muchos casos, a los docentes se les da una carga de trabajo por la cual no se les paga: la preparación de buena parte del material, la corrección de las evaluaciones y otras tareas no se realizan en el horario de trabajo, sino fuera de éste. Si además sumamos a ello que los sueldos son bastante deficientes, no es de extrañar que muchos de ellos decidan estancarse y hacer lo mínimo. No esforzarse... total ¿para qué? si no hay formas de reconocimiento, de mejora del sueldo ni de las condiciones... nada. Y así, con esa actitud mediocre, pretendemos formar a personas creativas, críticas y que hagan avanzar este país.
Me gustaría, si alguien lee todo esto, hacer un llamado a ponernos las pilas, cada uno con lo que puede. Con un buen trato a los demás, con un trabajo bien hecho... con un sueldo digno, con programas decentes en la TV, con buenas formas para con los demás, con respeto, con inteligencia... formándonos como personas y profesionales día a día... y así, quizás, lograremos que nuestros nietos vivan en un lugar en que serán felices, y donde un diploma sea un motivo de orgullo, o un lindo recuerdo... y no una etiqueta.

(PD: Guau. 2 años sin escribir... y termino volviendo a mis raíces, escribiendo cosas que no tienen tanto sentido, guardándome otras tantas... y aún, sin capacidad de síntesis.)

viernes, julio 16, 2010

Mala memoria

Mucho tiempo sin escribir... lo que no quiere decir que no hayan pasado muchas cosas en todo este tiempo. Por el contrario, supongo que fue una gran avalancha de novedades que requería algo de tiempo para ser procesada.

Escribo desde mi nuevo centro de operaciones, que tiene temperaturas menos extremas que el anterior, pero que ha hecho que estemos algo separados físicamente como familia. Ya no hay un lugar donde nos reunamos todos por mera casualidad.

Hoy en día todos tenemos actividades distintas, horarios distintos. Son tres días a la semana en que no hay nadie que se despida de mí cuando salgo por la mañana. Es demasiado temprano, y a estas alturas del año, también hace demasiado frío.

Estoy trabajando, más feliz de lo que imaginé que llegaría a estar. Me siento cómoda, cosa que para mí no siempre es fácil de lograr.

Y nuevamente terminé yéndome por las ramas. Volviendo al tema del que quería escribir... tengo mala memoria. Haciendo recuentos de lo que fue este semestre y lo que han sido los años anteriores, probablemente no recordaría con claridad muchas cosas si no existieran formas de registro, como este blog, o como dibujos, frases al azar dejados en distintos cuadernos, libretas, etc. Me cuesta recordar algunas cosas, especialmente cosas que ya no son, que han cambiado por alguna razón. Tengo aún peor memoria para cosas desagradables. Tiendo a olvidar, y a perdonar, con gran facilidad. A veces me pregunto si será efectivamente tan bueno que sea así. Me temo que en términos de aprender y no cometer los mismos errores no soy tan eficiente como quizás podría ser.

Siento que he tenido una vida privilegiada... he vivido más de 20 años en un ambiente protegido, sintiendo el amor y cuidado de numerosas personas. Aún hoy creo que eso me ha hecho una persona bastante ingenua, quizás demasiado. Sin embargo, en parte también he elegido ver las cosas de una manera ingenua. No creo que pudiera soportar muchas cosas de otra forma, incluso considerando mi incapacidad de recordar algunas cosas.

A veces siento tristeza por no poder recordar algunas cosas. Creo que quizás no tenía suficiente cariño por las cosas que perdí, por la gente de la que me alejé. Me pregunto ¿Será una ingratitud de mi parte? Posiblemente sí. Es que además, tengo rasgos paranoides.

Me gustaría verme desde afuera. No sé si me juzgaría de la misma manera que otros me juzgan. Sé que no lo hago. Sé que a veces siento que me creen más frágil e ingenua. Sé que a veces me creen más capaz de lo que yo creo ser. Me pregunto quién tendrá la razón.

Se supone que uno es quien mejor se conoce, sin embargo, en este tiempo me he dado cuenta de que no es tan así. Me falta mucho para conocerme bien. A veces me llego a sorprender haciendo o pensando cosas que no habría creído que haría o pensaría.

Quisiera ser más inteligente, tener mucha más experiencia, más conocimientos... y sobre todo, sabiduría (omito el más, porque no creo tener mucha). Me gustaría poder ser coherente con algunas cosas... o al menos, no sentir ese bichito de "hay algo raro aquí" al mirarme.

Siento que cada vez pierdo más y más capacidades intelectuales, y que mi estupidez aumenta de forma exponencial. Y me molesta, pero no sé qué puedo hacer para limitar todo esto. A veces siento que hay cosas inevitables y que eso es parte de la inevitabilidad de la vida. Pero no me gusta.

Algo que no he perdido, al menos, es mi nula capacidad de síntesis, y mi déficit atencional. Pero eso no es bueno...

En fin. Suena a mucha queja, pero en realidad es un ejercicio de catarsis. Hay muchas cosas que quiero lograr, y estoy en pleno proceso de hacerlo, sin embargo primero necesito aislar bien las variables para poder trabajar con esos factores y lograr mi objetivo con éxito.

Saludos, prometo escribir más a menudo... aunque no tengo grandes intenciones de hacerlo. Mal que mal hay poca gente que siga dedicada a los blogs personales entre mis conocidos.

lunes, septiembre 14, 2009

WTF?!

No es muy "yo" ese título... pero realmente es lo único que puedo poner.

Estos han sido días de muchas cosas. Novedades, curiosidades y cosas que me dejaron completamente marcando ocupado.
Ya sé que me repito a menudo en los distintos posts., y no es porque tenga alzheimer (quizás un poquito)... es más que tengo ciertos temas recurrentes, hay algunos temas que me preocupan en particular. Como creo que es una buena idea buscar una nueva perspectiva de los viejos problemas, suelo tratarlos una y otra vez, intentando darles una vueltecita en cada ocasión. Como si se tratara de armar un cubo Rubik... que debo decir, no logro con mucha eficiencia tampoco.

Hay gente que da miedo. He hablado de varios de ellos... la gente que no piensa las cosas dos veces, la gente que cree ser el personaje de turno, la gente que vive en un mundito paralelo color de rosa... uf, muchos.
Pero no dejan de sorprenderme, especialmente cuando uno pensaba que ya habían sentado cabeza y ver las cosas desde un punto de vista más o menos "adulto" ¡zas! te salen con cada cosa... y uno queda como Condorito: "¡Exijo una explicación!". Bien, en este momento no necesito explicaciones. Lo que necesito es un exorcismo de conocidos raros. Alejarme de gente que realmente no me aporta nada.
¿Alguna vez dije que me cuesta dejar las cosas en el pasado? Me cuesta una enormidad, especialmente a la gente. Aunque eso se compensa con lo mucho que me cuesta mantener relaciones con otras personas, ya que muchos se aburren de esa actitud mía a medio camino y se alejan solitos. No deja de ser una estrategia eficiente.

En fin. Humanos... Ahora me entra la duda... ¿serán humanos?... como sea ¿Quién los entiende? Aparentemente, yo no.

domingo, agosto 30, 2009

Irse por las ramas



Es algo que tiendo a hacer. Me encuentro aquí de nuevo, tengo poco tiempo, pocas ganas de hacer lo que debo y... algo de inspiración para escribir... y para hacer dibujitos en paint.
Me he puesto a pensar sobre mis fortalezas y debilidades, y he llegado a la conclusión que la mayor parte de mis características corresponden a ambas. Cosas que algunos ven como fortalezas pueden ser a la vez puntos débiles, y muchas de esas aparentes debilidades tienen detrás una potencial fortaleza que uno nunca se habría imaginado.

Estoy en medio de terminar una etapa (y comenzar una completamente nueva), que fue una etapa muy bonita, en la que aprendí muchas cosas sobre el mundo, sobre la gente y sobre mí. Cuando la empecé, tuve la maravillosa oportunidad de empezar con una hoja en blanco: nadie me conocía, nadie esperaba nada de mí. Pude jugar a ser quien yo quise... y saliéndome de ese detestable marco, aprendí lo que podía llegar a ser. Conocí nuevos caminos, a nueva gente. Sin embargo, no fue más que un simple cambio de marco.

Junto con finalizar esta etapa, he tenido que reflexionar mucho acerca de las etapas que ya viví por otras razones. He descubierto cosas sobre mí, me he reencontrado con esa persona un tanto cínica (y quizás hasta amargada a los ojos de alguna gente) que salió alguna vez de "esa" (horrible) etapa de mi vida que tanto detesté. También me he reencontrado con esa persona ingenua y crítica que había estado escondida tanto tiempo. Sin embargo, sigo siendo todo lo que aprendí a ser después de eso.

Nunca he creído ser una buena o una mala persona, a veces me porto como una buena persona, a veces como una víbora, pero intrínsecamente no creo tener inclinaciones más fuertes hacia uno u otro lado. Si tuviera que elegir, probablemente diría que soy una mala persona con fuertes sentimientos de culpa y cierta tendencia a la paranoia. Mi conciencia moral no es precisamente una que pudiera catalogarse como avanzada.

Agradezco mucho todas las cosas que he vivido, por todo lo que he aprendido... y aún más por todas las aventuras que me esperan, por todos los libros que me faltan por leer, por toda la gente que aún no conozco.

A veces, es difícil valorar algunas cosas. Como dije antes, tuve una etapa innombrable, malvada y que realmente no me agradó. Si pudiera cambiarla de alguna forma, posiblemente lo haría.
Sin embargo, esos 7 años me hicieron en parte lo que soy ahora. Hay muchas cosas que no aprendí en su minuto, que no las entendí... pero luego, con la experiencia, con otras cosas que aprendí tuvieron sentido. No mucho, pero algo. Aún tengo algunas cosas pendientes que creo que recién voy a entenderlas en un buen tiempo más.
Pienso que uno debería sacar el máximo provecho de todo lo que vive, aunque no lo haga en ese minuto y sea hasta mucho después que logre hacerlo... precisamente por eso a veces me angustia tanto la perspectiva de "vivir" frente a lo fácil que aparece sobrevivir y simplemente arreglárselas día a día como uno pueda. Hacerse cargo de vivir la propia vida no deja de ser una tarea agobiante, especialmente porque no hay forma de tomarse vacaciones de eso.

Hay algunas cosas que me hacen sentir tremendamente libre. Me hacen olvidar todas estas ataduras que uno elige ponerse en distintos momentos de la vida. No es que me queje especialemente de ellas, la gran mayoría son cosas que yo misma decidí hacer (o no hacer) y no me arrepiento de esa decisión... es sólo que a veces tanta cuerda se hace algo pesada.
La mayoría son detalles... cosas hasta un poco tontas. Caminar en la mañana y llenarse los pulmones con ese aire aún un poco húmedo, mientras uno ve esa luz suave que aún no logra llenar todo el cielo. Cantar con todas tus fuerzas, sin importar ningún detalle técnico... cantar desde el fondo del corazón... bailar, pintar, sentarse a leer en la ventana. Sonreírle a un desconocido (¡y aún más si te responden con otra sonrisa!).

Me asusta un poco el futuro.
También le temo algo al presente... ¿estaré haciendo bien las cosas? Veo a tanta gente que tiene la misma edad, o las mismas metas... y van tanto más adelante, o van por otros caminos. No puedo evitar pensar si este ritmo que llevo no será adecuado, o si el que tomé será el camino equivocado. ¿Paranoia? Seguro que sí.
Es entonces cuando me paro, miro a todos lados y cierro los ojos. Respiro profundo... una, dos, tres veces. Balanceo mi cabeza, muevo mis hombros. Respiro una vez más, y abro los ojos para descubrir un mundo aún más colorido que antes. Y sigo adelante.
Aunque no sé qué pasaría si al abrir mis ojos el mundo siguiera grisáceo.

domingo, junio 07, 2009

Lectores


Como habrán adivinado, estimados lectores, vuelvo a estar en un momento de mucho trabajo... ¡y por lo tanto, mucha inspiración para cosas que no estén relacionadas con eso! No puedo decir que me alegre mucho, pero al menos tengo inspiración para algo. Y a pesar del título... esto no se trata directamente de ustedes.

A pesar de la crónica falta de tiempo, volví a la lectura de cosas no relacionadas con lo que estoy estudiando o con las cosas que tengo que usar para trabajar... y espero mantenerme en eso. Volví en gloria y majestad, con libraco de cerca de 600 páginas de fantasía ¡Maravilloso! Pero ese no es el tema, aunque está relacionado.

Los libros, las películas, las series, los juegos son mundos nuevos, te llevan a otras realidades y te distraen de la propia. Te muestran mundos nuevos y viejos lugares, puedes aprender de las experiencias de otros o puedes encontrarte a tí mismo caminando por esas páginas. Unos con más éxito o más profundidad que otros... hay que decirlo. Pero no sólo depende del libro/película/serie/juego. También depende mucho del que los disfruta. De lo que sabe, de lo que le interesa, de lo que quiere y de lo que espera... de lo que busca.

Leyendo, pensando en alguna gente que conozco, aplicando mis habilidades taxonómicas y (como de costumbre) mezclando peras, manzanas y burros empecé a pensar en una teoría en relación a la identificación con personajes. En realidad, me limité a describir las formas en que esto se da (mi lado científico no más se hizo presente), pero pienso que esto podría ser también un reflejo de otras cosas, en particular, de una forma de ver la vida, de verse a uno mismo. Quizás fuera interesante ahondar en la materia y aplicar los conocimientos de psicología que uno tiene por ahí medio llenos de telarañas.

Tras esta (quizás no tan) breve introducción, me permito presentarles mis resultados:

Frente a los libros, series, juegos y películas existen básicamente 3 tipos de reacciones:

1.- El que se identifica con el/la protagonista de turno, independiente de qué tan realista sea esta reacción. No importa qué libro o película sea, no importa cómo sea el/la prottagonista, pasa de considerarse un héroe/heroína trágica a artista marcial y luego a villano que quiere destruir el mundo con una facilidad increíble.
  • Su rol: El protagonista.
  • Ve o juega: En primera persona.
  • Frases típicas: "Es que me sentí demasiado identificad@ con...", "es que soy demasiado parecid@ a...", "es que me pasó lo mismo que a...."
  • Qué hace: Generalmente, tiene un personaje de turno que cree ser, y se comporta (incluso se viste o habla) como cree que debería actuar ese personaje frente a distintas situaciones. Eso puede ser una espada de doble filo, dependiendo si se cree princesa disney o personaje de Stephen King.
  • Características del personaje con el que se identifica: Es el protagonista o la protagonista, con eso basta y sobra.
  • Características del personaje con las que se identifican: Las que sea que tenga el personaje, aunque no correspondan con la realidad, a veces pueden modificar su percepción del personaje para que se acerque más a lo que ellos son... y la mayoría, creen tener ciertas habilidades o características que habitualmente no tienen.
2.- El que se identifica con cualquier personaje. Aquí tenemos que distinguir a los que se identifican con cualquier personaje secundario (porque tienen un odio personal contra los protagonistas) o a los que buscan ciertas características, sea de la personalidad, de sus atributos físicos/intelectuales o el rol (el amigo del protagonista, el héroe anónimo, la mujer maltratada, etc, etc, etc...) y se identifican con el personaje que más se acomode a esto, sea el que sea (también puede ser un protagonista)
  • Su rol: Algún personaje, puede ser protagonista, personaje secundario o simplemente inventarse un personaje que esté ahí adentro viendo.
  • Ve o juega: En primera persona.
  • Frases típicas: "Es que me sentí demasiado identificad@ con...", "es que soy demasiado parecid@ a...", "es que me pasó lo mismo que a...."
  • Qué hace: Generalmente, tiene un personaje de turno que cree ser, y se comporta (incluso se viste o habla) como cree que debería actuar ese personaje frente a distintas situaciones. A diferencia del primer caso, como existe la posibilidad (y en general así es) de que se siga un cierto "patrón de personaje" con el que se identifica, esto suele ser más cercano a la realidad, y no se nota un cambio esquizofrénico en su actuar.
  • Características del personaje con el que se identifica: Habitualmente tiene alguna característica que es con lo que se identifican, y que suele ser alguna cosa física, de personalidad, de circunstancias o de rol, y puede ser una o una combinación de características. Depende de cada lector.
  • Características del personaje con las que se identifican: Depende de cada lector.
3.- El que no se identifica con ninguno de los personajes, pero normalmente se siente atraído, le divierte o admira al menos a uno.
  • Su rol: El narrador omnisciente... o su amigo.
  • Ve o juega: En tercera persona.
  • Frases típicas: "Es que... es demasiado genial", "... hizo tal y tal cosa", "me encantó cuando vi..."
  • Qué hace: Se involucra en la lectura/película/juego, pero lo deja en esa instancia, no suele confundir realidad y ficción. Puede adpotar la actitud o cosas de un personaje que le agrade, pero en general tenderá más a hablar del personaje (como hablando de un amigo).
  • Características del personaje con el que se identifica: No se identifica, pero sí tiene algún personaje que le agrada, en general en esto se sigue lo mismo que se detalló en el punto anterior.
  • Características del personaje con las que se identifican: No se identifican, pero existen ciertas características comunes en los personajes que les agradan, puede ser su protagonismo, muchas veces tiene que ver con sus relaciones con los otros personajes y su personalidad.

¿Qué les parece? ¿Se reconocen ahí? ¿Conocen a gente así? ¿Aportarían con nuevas categorías o con más descripciones?

¡Eso sería! ¡¡y vuelvo a lo que tengo que estar haciendo!!


lunes, mayo 04, 2009

Los caminos de la vida...



¡Dos escritos con fosforines en menos de una semana! (aunque técnicamente no es un fosforín... pero meh, es un dibujito hecho en paint)

Qué puedo decir... son cosas que pasan. Mientras el trabajo se vuelve más y más demandante, tengo menos tiempo, duermo menos... ¡más necesito perder ese tiempo que no tengo!
No importa que nadie me lea, al menos me sirve a mí para concentrarme, aclarar mis ideas... y por último, como registro, para leerlo en algunos años más y decir (como digo ahora cuando leo cosas que escribí hace ya algunos años) ¡Por Dios, que manera de escribir estupideces!

Hay una expresión que me gusta mucho para referirme a este tema: "Las vueltas de la vida".
En nuestra vida a menudo tenemos que afrontar cosas que no esperábamos (mi experiencia de vida ha sido corta, pero contundente en este sentido), caminos inesperados, caminos alternativos que van enriqueciéndonos de una forma que quizás otras vías para llegar a la misma meta no habrían logrado.

A menudo digo que en general me importan más los caminos que las metas, y es que uno aprende mucho más en el camino que cuando uno llegó.
Con esto de las vueltas de la vida, toma aún más importancia. El camino nuevo ofrece oportunidades maravillosas de aprender cosas nuevas, cosas distintas... cosas inesperadas.

En este momento estoy en un camino distinto, que seguramente hace dos o tres años no habría considerado siquiera... y feliz. Además, estoy convencida de que ha sido infinitamente mejor que haber seguido el camino que estaba frente a mis ojos. He conocido gente nueva, simpática, amable, he conocido ambientes nuevos, he tenido la oportunidad de sentarme, reflexionar y ver para donde quiero ir... y quiero seguir este camino, que apareció como un senderito en medio del bosque... y que se ha convertido en un paseo lleno de maravillas.

El dibujo quizás no tiene mucho sentido en el final (aunque lo dejé incompleto precisamente por eso), posiblemente haber visto como se hizo le daría mucho más sentido con el resto de lo que he escrito... partir de algo inesperado, una forma cualquiera... formas separadas, inconexas... y llegar a algo que aunque está incompleto, se adivina para dónde puede ir... aunque no necesariamente será así.
Los caminos siempre tienen más sentido cuando uno ha avanzado un poco en ellos, te detienes y miras hacia atrás... es como subir un cerro. Cambia tu perspectiva de las cosas. Y aunque no veas más que tierra y plantitas frente a tí, si te das vuelta y miras atrás, verás todo lo que has avanzado, verás todos los otros caminos... y verás cosas delante tuyo en las que no te habías fijado, y que de pronto cobran sentido.

Creo que he tenido mucha suerte en la vida. Soy una persona impulsiva, y tiendo a "tirarme a la piscina" sin pensarlo demasiado. Generalmente, ha resultado bien, y cuando no ha sido así, suele arreglarse a medida que se avanza... y si no se arregla, siempre existe la posibilidad de cambiarse al camino de al lado.

Cuando vas por el camino, sólo se puede avanzar, y es mejor si se hace con una sonrisa y una canción. O varias canciones, para que duren todo el camino.